lunes, noviembre 06, 2006

Una pequeña mano al timón de la nave


Una suave y pequeña mano
puede llevar el rumbo
de una gran nave, de piedra
o de madera.


Con mimo certero, por el mundo,
sin perder la deriva en las estrellas.


El timón de esta Nave-Torre,
aunque se llame SOLA,
siempre una mano lo guiará,
pequeña, fuerte, luminosa,
rosa fuxia, con aroma
de azaleas.


Y no lo perderá, y velará sus armas,
pues siempre asi será, que
donde sopla el Jaloque,
NO SE MUEREN LAS CALMAS

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